Han pasado 11 años desde la inauguración del Monumental. Por una
pelea entre delincuentes, lo tendremos cerrado varios meses más.
Está terminando el 2011 y muy pocas son las noticias ciertas sobre el futuro inmediato de Universitario. Una de las novedades positivas es que Pedro García y Johan Vásquez dejaron la institución y firmaron por León de Huánuco. Lo bueno de las deudas es que los primeros en irse son los “pechofríos”. También parece que Víctor Balta, aguerrido jugador de la casa, se irá a Melgar. Johan Fano ha pegado la vuelta a Colombia, esta vez para defender la camiseta del Atlético Nacional de Medellín. Sabemos que le irá bien. Hay otros más que están negociando su desvinculación, pero nada se sabe con certeza. Lo de Jesús Rabanal al Newcastle de Inglaterra más parece broma pesada (para los ingleses y para Rabanal).
Una de las noticias seguras es que Pablo Vitti se desligó de Universitario para fichar por el Querétaro de México. Su paso por la “U” se puede calificar de regular, intrascendente, mediocre. Jugó 29 partidos (25 de titular), hizo únicamente 3 goles y falló 2 penales. Le anotó de shot al Alianza Atlético el sábado 23 de abril en el estadio Monumental por la novena fecha del Campeonato Descentralizado (triunfo por 1 a 0). Casi 5 meses después, el miércoles 14 de septiembre, marcó de tiro libre en la valla del Deportivo Anzoátegui de Venezuela el segundo gol crema en la victoria por 2 a 0 por la primera fase de la Copa Sudamericana (partido de vuelta). A los 10 días tuvo la que quizás haya sido su actuación más relevante. La “U” se enfrentó a Alianza Lima en el estadio Monumental por la vigésimo tercera fecha del Campeonato Descentralizado y Vitti, de cabeza a los 26 minutos del primer tiempo, abrió el marcador. Ocho minutos después pudo ampliarlo, pero el argentino falló un penal. Finalmente el equipo crema se quedaría con el triunfo por 2 a 1.
La actuación de Martín Morel (22 partidos; 15 de titular), cuya continuidad el próximo año no está confirmada ni descartada, no fue menos gris que la de Vitti, aunque algo más de coraje (no mucho más, pero algo) se sintió que transmitía. La sensación quizás se deba a ese gol de último minuto ante Alianza Lima en el clásico del Monumental (el mismo del gol de Vitti). Se jugaba el minuto 46 del segundo tiempo, Morel venía de la banca reemplazando a Rainer Torres y cuando el empate estaba más cantado que la mentada de madre al técnico, sacó un latigazo que desató la locura en la cancha, en la trinchera, en los palcos. Especialmente en los palcos.
2 goles hizo Morel en 2011. Antes del clásico había anotado en un amistoso ante el Atlético Grau el domingo 10 de julio en el estadio Miguel Grau de Piura (también de shot; también a los 46 minutos del segundo tiempo; también viniendo del banco, aquella vez en reemplazo de Andy Polo). Empate a 1 fue el resultado final. Como Vitti, falló también 2 penales. Ambos por la Copa Sudamericana. El miércoles 14 de septiembre, ante Deportivo Anzoátegui, cuando el partido estaba 1 a 0 (gol de Raúl Ruidíaz), Morel desperdició una inmejorable oportunidad para ampliar el marcador (a los 11 minutos del segundo tiempo). 25 minutos después Vitti anotó de tiro libre lo que Morel no pudo de penal.
Finalmente, para confirmar que las actuaciones de Pablo Vitti y Martín Morel en la temporada 2011 no han sido muy distintas (por discretas), ambos fueron los únicos jugadores cremas que fallaron penales en la definición por el pase a cuartos de final de la Copa Sudamericana con Godoy Cruz de Argentina en el estadio Miguel Grau del Callao (jueves 20 de octubre). Carlos Galván abrió la cuenta, fallaron sus compatriotas (primero Morel, luego Vitti), Ruidíaz se disfrazó de Abreu en la definición ante Ghana en Sudáfrica 2010 y la picó, y cerró Jesús Rabanal (no lo grité, pensé que la fallaba).
Llegaron promocionados como los mejores jugadores de los campeonatos peruano (Vitti) y colombiano (Morel) en 2010, pero los pergaminos no bastaron para que sus performances siquiera superaran la línea de flotación al límite de la mediocridad por la que hemos transitado durante todo el año, arrastrados por las deudas impagables, los problemas dirigenciales y la incapacidad del técnico, que ojalá se vaya. Tal es mi principal deseo de año nuevo.
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