Ayer sábado 15 de febrero de 2014
Universitario cayó por 1 a 0 ante César Vallejo en el estadio Monumental, por
la primera fecha del Grupo B del Torneo del Inca.
La “U” formó con José Carvallo en
el arco; Sebastián Luna, Néstor Duarte, Werner Schuler y Aurelio Saco Vértiz en
la defensa; Antonio Gonzales (capitán), Luis García, Christofer Gonzales, Edwuin
Gómez y Carlos Olascuaga en la volante; y Raúl Ruidíaz en la delantera.
En el segundo tiempo ingresaron Rainer
Torres por Saco Vértiz, Cris Martínez por Christofer Gonzales y Gonzalo
Maldonado por García.
Jugaron por el equipo visitante
los ex cremas Luis Guadalupe y Jesús Rabanal.
El único gol del partido lo anotó
Luis Tejada de penal a los 15 minutos de juego, tras una falta de Aurelio Saco
Vértiz dentro del área. A los 40 minutos
del primer tiempo José Carvallo le atajó un penal al mismo Tejada, que pudo ser
el 2 a 0. La pena máxima fue cobrada por
una mano de Sebastián Luna. Raúl Ruidíaz
también falló un penal a los 6 minutos del segundo tiempo, mandando el balón al
parante derecho del arco. Pudo ser el
gol del empate. Luis Guadalupe se había
llevado de encuentro a Cris Martínez dentro del área. El árbitro cobró el penal, pero no mostró ni
siquiera una amarilla al infractor.
El árbitro Luis Seminario, de
extraña y pésima actuación, amonestó a los cremas Antonio Gonzales, Christofer
Gonzales y Aurelio Saco Vértiz, y a los trujillanos Juan Morales, Jesús Rabanal
y Daniel Chávez. También expulsó al
merengue Carlos Olascuaga por doble amarilla.
La historia nos ha enseñado que
cuando un club millonario quiere campeonar, no sólo gasta su dinero en
jugadores, sino también destina una partida presupuestal para obtener favores
de quienes deciden los resultados (en el campo o en la mesa). La parte más negra de la oscura historia del
fútbol peruano (1994-1996) lo demuestra.
Hagan memoria y se acordarán de un clásico “U” – Alianza Lima en Matute
de 1995 que ganaron … los pavos. Que no
nos extrañe luego que, años después de haber arbitrado, los nombres de los
jueces salgan en las secciones policiales de los medios por continuar sus
carreras delincuenciales en otros ámbitos.
Así es el fulbo.
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