martes, 1 de abril de 2014

Las desgracias nunca vienen solas

A la desgracia que ha significado la contratación de una persona demostradamente incapaz como técnico de Universitario, ahora se suma la muerte de un hincha en las inmediaciones del estadio Monumental y la previsible clausura temporal de nuestro escenario deportivo.  Como para que le quede claro a la administración temporal, que cuando se comete un error, las consecuencias funestas siempre sobrevienen, a veces más lento, a veces más rápido.  Pero siempre aparecen.  Admirable lucidez la del huancaíno Yancarlo Casas, quien al final del partido del domingo, preguntado sobre lo que opinaba respecto del nuevo entrenador de la “U”, respondió: “Toda decisión de esta magnitud trae consecuencias.  A veces las consecuencias son positivas, a veces son negativas”. En nuestro caso las consecuencias son negativas y lo seguirán siendo hasta que ese sujeto se largue. 

La violencia nunca tiene justificación, pero sí se pueden ensayar explicaciones de sus causas.  Contratar a un técnico resistido por la hinchada es un acto de provocación que genera frustración, enojo, molestia, enfrentamientos, violencia.  Una cosa lleva a la otra.  Irremediablemente.  Traer a un sujeto que no cohesiona, que no aglutina, que no amalgama ni permite soñar con tiempos mejores, sino que divide, enfrenta, disecciona y nos genera una humillación tras otra ante los rivales, necesariamente ha de ocasionar consecuencias negativas.  Ya van 6 goles en contra en casa, un hincha muerto y el Monumental cerrado.  Y apenas tiene una semana en el cargo.

La administración temporal quiere vender como sea 2 o 3 jugadores y cerrar su ciclo a cargo de Universitario yéndose con los bolsillos llenos (lo ya dicho: la AT se lleva un porcentaje de todo ingreso que obtenga el club).  Para eso no le ha importado hipotecar los intereses deportivos de Universitario contratando un entrenador que puede ser un buen puente para cualquier transferencia, pero que no sirve para dirigir un plantel y hacer una campaña medianamente decente.  La consecuencia inmediata ha sido la descompensación de la defensa: todo el que quiere ser vendido tiene que atacar.  Y de pronto Christofer Gonzales anota en 2 partidos seguidos.  Edwuin Gómez juega de volante por izquierda, por derecha, por el centro, da pases gol, patea tiros libres (pero sigue centrando hasta el culo). ¿Resultado?  Nos meten de a 3 en todos los partidos.  Y seguimos sin ganar.

La historia los juzgará.

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