Ni el equipo que tenemos es un
desastre ni está para campeón. Con
planteles más modestos otros equipos han logrado cosas importantes, así que la
mediocridad de algunos jugadores no es excusa para que la campaña sea tan
patética como se vislumbra. Lo que nos
ha llevado a este incierto inicio de campeonato es la incapacidad de Óscar
Ibáñez de sacarse esa pesada mochila que se llama Del Solar y armar el equipo
solo. De lo contrario no se entiende
cómo, habiendo sido arquero, comete tremenda injusticia con José Carvallo
poniendo a Fernández de titular ante César Vallejo. Eso no se le hace a un portero que tiene 2
temporadas consecutivas como titular indiscutible, un título de campeón, varias
salidas como capitán de la “U” y que si fue expulsado ante Real Garcilaso no
fue por malcriado ni violento sino por evitar una jugada de gol fuera del
área. Evidentemente, la orden de poner a
Fernández de titular ante el equipo trujillano vino de arriba, para justificar
una contratación que todo el mundo critica y con razón: Raúl es un excelente
portero, pero Universitario no necesitaba porteros, sino defensas,
mediocampistas, ¡delanteros con gol!, hasta director deportivo y administrador
temporal. La plata se está gastando mal,
y que no sorprenda que esté chorreando hacia arriba (¿de donde vino la orden?).
Tampoco se entiende que Ángel
Romero sea improvisado de defensa cuando su posición natural es la de
mediocampista. Néstor Duarte debería ser
titular en la posición en la que viene jugando Romero, pero nadie se explica
por qué Duarte viene siendo postergado desde la temporada pasada, cuando en
2013 destacó y fue campeón (¿ya se olvidaron quién hizo el gol del título en
Huancayo?).
Álvaro Ampuero es otra
contratación que genera suspicacias, porque su nivel es pobrísimo. Joaquín Aguirre con 90 minutos ante UTC
demostró que merece ser titular.
Lamentablemente se lesionó ante Vallejo en el segundo tiempo y Ampuero
volvió al campo. En una de sus primeras
jugadas se tropezó con su sombra y perdió una pelota en ataque.
Carlos Grossmuller se va a cansar
rápido, pero no porque la base física del equipo evidencie problemas, sino
porque cada pelota que sirve es desperdiciada sin rubor. A este ritmo, pronto va a mandar al diablo
todo y se va a largar con su fútbol a otra parte. Es un jugador de otro nivel. Si no encuentra un socio rápido va a terminar
sumergido en nuestra mediocridad futbolística, patrimonio nacional.
Germán Alemanno debería hacer sus
maletas y despedirse como caballero.
Nunca fue el delantero que nos vendieron el año pasado, pero siempre
cobró como tal (también chorreando hacia arriba, probablemente). Los goles que se pierde son inmensos y pesan
en el resultado final. Líber Quiñónez,
con sólo un gol, se ve gigante al lado de Alemanno. Pero tampoco es el hombre gol. Seamos realistas y démosle la oportunidad a
Gonzalo Maldonado o Roberto Siucho.
Antes de que los terminemos perdiendo como a Willyan Mimbela, Irven Ávila o
Rodrigo Camino. Por si no se acuerdan,
son cremas de nacimiento.
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