miércoles, 4 de marzo de 2015

Algunas conclusiones tras la derrota ante Alianza Atlético

La derrota ante Alianza Atlético evidencia no sólo que futbolísticamente tenemos un nivel muy bajo, sino que el grupo está quebrado.  Razones hay varias:

Primero, el arquero.  Raúl Fernández no se ha ganado el puesto ni en la cancha ni en los entrenamientos.  Más allá de sus bloopers en los 2 últimos encuentros, pareciera que la expulsión de José Carvallo en el Cusco fue un regalo del cielo para algunas personas que algo ganarían con el fichaje de Fernández.  Sólo así se explicaría que Raúl continúe de titular cuando Carvallo ya está habilitado hace 2 fechas.  Es una falta de respeto total para Carvallo, quien viene de hacer 2 buenas temporadas, de salir campeón en el 2013 y de ser considerado, por su ascendencia sobre el grupo, como el segundo capitán después de Antonio Gonzales.

Segundo, la defensa.  No es posible que Andy Reátegui y Néstor Duarte, dos buenos defensas, sean postergados por razones que nadie explica.  No había ninguna necesidad de forzar a Ángel Romero como zaguero central si, además de Reátegui y Duarte, se contrató a Horacio Benincasa y a Braynner García, con mayor razón cuando todos sabemos el carácter fosforito de Romero (antes de empezar la temporada 2015 tenía 34 tarjetas amarillas en 83 partidos disputados entre 2010 y 2014).

Tercero, la promoción.  La reserva de la “U” el año pasado demostró ser un equipo de alto nivel, llegando a disputar el título con FBC Melgar.  Si perdieron la final fue porque a algún enano mental se le ocurrió “reforzar” a ese equipo con jugadores del equipo principal (que venía de fracaso en fracaso en el Apertura y el Clausura).  Probablemente si dejaban que Carlos Silvestri alineara a los once de siempre, otro hubiera sido el resultado.  Pues bien, de esa reserva con jugadores correctos y aplicados, nadie ha sido promovido al primer equipo este año.  Pero no sólo eso.  Se contrató a Kevin Ruiz, de la reserva de FBC Melgar, para el plantel principal de la “U”, como si no tuviéramos a nadie en el equipo de Silvestri que pudiera ascender en lugar de traer a alguien de fuera, que tampoco es un dechado de virtudes ni permite vislumbrar una posible venta que traiga dinero a las arcas merengues.


En resumen, se le falta el respeto a José Carvallo, se le falta el respeto a Néstor Duarte y a Andy Reátegui, se le falta el respeto a toda la reserva, y pretendemos que el problema sea sólo futbolístico.  No es así.

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