El miércoles 15 de septiembre de 1999, Universitario venció por 1 a 0 a Juan Aurich en el estadio Elías Aguirre de Chiclayo, por el Torneo Clausura. El único gol del partido lo anotó Mauro Cantoro, de tiro libre, a los 20 minutos del segundo tiempo. En la fecha anterior, el sábado 11 de septiembre de 1999, habíamos empatado a 0 con Alianza Lima en el estadio Alejandro Villanueva. Al equipo crema lo dirigía Roberto Chale, quien había reemplazado a Miguel Company apenas 3 fechas antes del clásico.
23 años después, el domingo 11 de septiembre de 2022, Tiago Cantoro, el hijo del Toro, nos dio la victoria, también por 1 a 0, también de tiro libre, también un mes de septiembre, también de visitantes, también inmediatamente después de un clásico, esta vez sobre Sport Boys. Muchas, demasiadas, coincidencias.
Tiago ya lleva 8 partidos en el primer equipo crema (5 en 2021 y 3 en 2022), nunca de titular, y 2 goles anotados (el año pasado, el lunes 13 de septiembre de 2021, le había marcado de shot a la Universidad San Martín en la victoria por 2 a 0, por la décima fecha de la Fase 2 de la Liga 1). En las 2 oportunidades que marcó lo hizo habiendo ingresado por Alberto Quintero. Su promedio de gol es de 0.25 goles por encuentro. El promedio de su padre fue de 0.426, ya que hizo 26 goles en 61 partidos, aunque por minutos jugados probablemente Tiago sea, por ahora, más eficaz que Mauro. De los 26 goles que hizo Mauro Cantoro, 13 fueron de shot, 9 de penal, 2 de tiro libre, uno de cabeza y otro de sombrero. De tiro libre, además, de al Aurich, le marcó a Unión Minas el domingo 15 de marzo de 1998 en Cerro de Pasco (empate a 1).
Tiene futuro Tiago Cantoro, porque tiene presente y tiene pasado. Hay que saber llevarlo y darle más minutos, que es lo que necesita.
Lo dicho antes: está claro que el problema de la “U” no es el técnico ni son los jugadores. El problema es la administración temporal. Jean Ferrari tiene que largarse.
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