Arquímedes Figuera es otro
paquete. Arrancó el año con un par de
buenos partidos (los amistosos con la Universidad Católica y con Once Caldas)
que hicieron pensar que estábamos ante un jugador de primer nivel internacional
que iba a marcar diferencias en la primera línea de volantes. Los siguientes partidos demostraron que no es
más que un volante mediocre con poco fútbol, poco cerebro y mucha violencia.
El venezolano ha jugado 9
partidos en lo que va del año: los amistosos ya mencionados, el encuentro con
Deportivo Capiatá en Lima y los compromisos con Sport Huancayo en Lima, Alianza
Lima, Juan Aurich, Deportivo Municipal, Comerciantes Unidos y Sport Huancayo de
visita por el Torneo de Verano. No jugó más porque se hizo expulsar en el
clásico y porque arrastraba una suspensión por una roja recibida en la Copa
Sudamericana 2016 en su club de origen, lo que le impidió estar ante Deportivo
Capiatá en Paraguay. Además, fue
expulsado también en el amistoso con Once Caldas.
El año pasado la “U” recibió en
total 7 tarjetas rojas en 52 partidos y ningún jugador la vio 2 veces. Este año Arquímedes Figuera lleva 2 rojas y 4
amarillas en 9 partidos (fue amonestado ante Once Caldas 2 veces, Juan Aurich y
Comerciantes Unidos). Nada que haga
vislumbrar un mediocampo que inspire temor en el adversario. Ángel Romero debería ocupar su posición como
titular. Josimar Vargas nunca debió irse
para hacerle espacio a este llanero que no marca diferencias.
En fin, si Arquímedes Figuera va
a jugar en la selección venezolana con el mismo nivel con el que juega en
Universitario, alguna opción tendrá Perú en el próximo partido de
eliminatorias.
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